domingo, 11 de mayo de 2014

Mindfull...¿qué?

    Estas últimas semanas hemos estado muy ausentes de la blogosfera. Han sido de mucha actividad laboral y también de aprendizaje. Uno de esos temas acerca del cual nos hemos empapado y profundizado ha sido el Mindfulness, una técnica cada vez más y más presente en la psicoterapia actual. El nombre del curso al que hemos asistido y que tan enriquecedor ha sido, es Método de reducción de estrés basado en el mindfulness (MBSR), y se trata de un programa de ocho semanas desarrollado por Jon Kabat-Zinn en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts para disminuir el estrés, la ansiedad, el pánico, la depresión y el dolor crónico.

   En Madrid, el curso lo dirigen la Dra. Beatriz Rodríguez Vega y la Dra. Carmen Bayón, ambas psiquiatras y psicoterapeutas de reconocido prestigio, y a quienes ya teníamos el placer de haber conocido en el Máster de Psicoterapia Integradora con el que completamos nuestra formación durante la residencia. En las clases de dicho máster fue donde tomamos por primera vez contacto con el Mindfulness, y al principio hay que reconocer que nos creó bastantes reticencias. Una vez que comprobamos que las reticencias no iban más allá de la lógica desconfianza por lo desconocido, y el esfuerzo que supone hacer algo nunca antes practicado, pudimos comprobar que cuanto más lo entrenábamos, mayor capacidad teníamos de encontrarle el beneficio. De ahí que ahora nuestra postura sea totalmente a favor de incorporar esta práctica a muchas situaciones clínicas a las que nos enfrentamos en nuestro trabajo del día a día.

   Las plazas del curso están abiertas a todo el mundo, desde profesionales de la Psicología y Psiquiatría a personas afectadas por enfermedades con dolor crónico, problemas de ansiedad y depresión, profesionales de la Educación (otro campo donde está creciendo también la aplicación del Mindfulness), etc. Los psiquiatras y psicólogos que asistíamos comentamos en la primera sesión que nuestro objetivo era conocer mejor la técnica para poder complementar nuestro trabajo diario buscando una manera más completa de poder ayudar a nuestros pacientes, pero creo que al final todos coincidimos en que la mejor forma de poder utilizarlo ha sido tal y como la plantea el curso: experimentándolo en primera persona en las diferentes prácticas (siendo el programa eminentemente práctico) que se ofrecen.

Ilustración vía vivirenatencionplena.blogspot.com


¿Qué es el Mindfulness?

   Kabat Zinn lo definió como “prestar atención de manera particular, como propósito, en el momento presente y sin juicios mentales”. No ha habido consenso acerca de una traducción en español (en una sola palabra) que permita conservar el significado exacto. Lo que más se aproximaría sería llamarlo atención plena. Es decir, focalizar la atención en sensaciones, emociones, pensamientos… en el momento presente.
El mindfulness sería una cualidad de la mente que ha sido mucho más entrenada en las filosofía oriental por medio de la meditación. La cultura que vivimos en Occidente es más un modo de vida basado en la acción, en cambio, el estilo de vida oriental contempla el aprendizaje mediante la observación de la experiencia.

   El entrenamiento de ser conscientes de nuestras sensaciones, pensamientos, emociones en un momento dado, en el aquí y ahora, nos permite dar respuestas más ajustadas, en lugar de reaccionar (sin tomarnos esos segundos de hacer balance decisional) ante los diferentes estímulos que el día a día nos va planteando. Y además, e igualmente importante, nos permite entrenar la cualidad de no juzgar contínuamente pensamientos, emociones... tratándonos a nosotros mismos con amabilidad, actitud que con demasiada frecuencia pasamos por alto convirtiéndonos a veces en el juez más severo para con nosotros mismos.

Ilustración vía www.eus3.es


¿Para qué nos puede servir el Mindfulness?

   En realidad, y como hemos explicado, cualquier persona puede encontrar beneficios en la práctica del Mindfulness, ya que supone un cambio de actitud para con nosotros mismos, tratándonos con mayor amabilidad y ausencia de juicios constantes, y nos ayuda a ser más conscientes del momento presente y más dueños de nuestras decisiones, emociones, sensaciones y pensamientos. No se trata de concentrarse, se trata de tener una atención relajada que deja que las cosas fluyan y lleguen a nuestra conciencia. Darse cuenta de lo que ocurre en cada instante, como si fuera la primera vez que ocurre.
Otro principio que promueve el Mindfulness es el de la aceptación. Esto significaría tomar conciencia y admitir todo aquello que se origina dentro de nosotros momento a momento tal y como es. Dejar ir y no apegarse. Nuestra mente se aferra a determinados estados, sobre todo cuando son agradables y pretendemos que permanezcan y no cambien, pero las sensaciones, emociones y pensamientos no responden a nuestros deseos, van y vienen, hay que dejar que aparezcan y se vayan y ser testigos de su fluir, sin apegarse a ellos. La práctica del Mindfulness nos aporta el poder observar y explorar con distancia nuestras sensaciones, emociones y pensamientos y no apegarnos a ellos de manera inconsciente con resultados indeseados, como sucedía en las trampas para monos.

   El Mindfulness está siendo cada vez más incorporado en prácticas de psicoterapia occidental. Como decíamos, está aportando muy buenos resultados en el tratamiento de patologías como ansiedad, depresión, trastornos somatomorfos, dolor crónico, etc. Kabat-Zinn expone: “nosotros no somos nuestra ansiedad ni nuestros temores, y por tanto estos no tienen por que dominar nuestra vida”. Al prestar atención a nuestro pensamiento, nuestra relación con él cambia. Otro de los beneficios que aporta es el de favorecer una mayor conexión entre mente y cuerpo, que aunque están íntimamente relacionados, a menudo seguimos estableción una línea divisoria que podría ayudarnos a explicar muchas dolencias y problemas de salud que no encuentran respuesta en una medicina meramente somática y organicista.

Ilustración vía www.priotime.com



   Para terminar, queremos compartir este poema de Portia Nelson, una ilustración perfecta de la diferencia entre ser conscientes del momento presente y no serlo.


AUTOBIOGRAFÍA EN CINCO CAPÍTULOS CORTOS

Bajo por la calle.
Hay un hoyo profundo en la acera.
Me caigo dentro,
Estoy perdido... me siento impotente
No es culpa mía.
Tardo una eternidad en salir de él.

Bajo por la misma calle,
Hay un hoyo profundo en la acera.
Veo que está allí.
Caigo en él de todos modos... es un hábito.
Tengo los ojos abiertos.

Sé dónde estoy.
Es culpa mía.
Salgo inmediatamente de él.

Bajo por la misma calle.
Hay un hoyo profundo en la acera.
Paso de lado.

Bajo por otra calle.